martes, 25 de septiembre de 2007

ESPARTA

Esparta, o Lacedemonia, capital de Laconia, fue una ciudad-estado de la grecia antigua, a orillas del rio Eurotas, en la península del Peloponeso

Licurgo fue el legendario legislador de Esparta, de cuya persona realmente poco sabemos. Algunos dicen que viajó por todo el mundo conocido en su tiempo estudiando y comparando las leyes de los distintos pueblos. Otros dicen que para crear su reforma legislativa se inspiró en la vida de las abejas.
El caso es que las leyes que creó fueron revolucionarias, distintas a las de todas las demas ciudades.
Dicen, que tras conseguir que fuera aceptada su reforma constitucional, reunió en asamblea a los ciudadanos y les hizo jurar que no modificarían ni derogarían ninguna de sus leyes hasta que él regresara de Delfos, a donde acudía para consultar el Oráculo.
Una vez en Delfos preguntó al Oráculo si sus leyes eran buenas y eficaces, y el Oráculo contestó que si, y que la ciudad alcanzaría gran fama y gloria si continuaba aplicando la constitución de Licurgo.
Licurgo envió la respuesta a Esparta, tras lo cual, para no liberar a sus conciudadanos del juramento, se dejó morir de hambre, intentando así rendir un servicio a la ciudad.

Y lo cierto es que, tras la reforma de Licurgo, Esparta destacó en Grecia por su buen gobierno y la fama de sus guerreros durante quinientos años, durante los cuales sus leyes no fueron modificadas por ninguno de los catorce reyes que reinaron tras su muerte; hasta Agis, hijo de Aquilano.

Esto cuenta Plutarco en la "Vida de Licurgo", pero como él mismo dice en su obra, no se puede asegurar nada acerca de la vida de este personaje, de hecho ni siquiera se llega a un acuerdo sobre la época en la que vivió.
Se lo empieza a mencionar en el S.VI a.C, como legislador de Lacedemonia (Esparta).
En torno a Esparta, y al propio Licurgo creció una tradición que ponía de manifiesto las virtudes incomparables de este pueblo: el patriotismo, el espíritu de sacrificio y el valor guerrero, la dura educación, la moralidad austera y el frugal modo de vida, e incluso la manera de hablar: directamente y al grano.

Con la reforma de Licurgo, la tierra se dividió en parcelas iguales que se entregaron a cada ciudadano de pleno derecho.
La reforma de Licurgo también invalidó el dinero como tal. Las monedas espartanas, de gran tamaño, eran de hierro
Dichas monedas no valían ni siquiera su peso en hierro, ya que estaban templadas con vinagre para que el metal no pudiera reutilizarse.
Con esto perseguían moderar la codicia, tanto espartana como extranjera y evitar el contacto con el mercado exterior.
Se introdujo con la reforma la llamada "syssitia" , una especie de comida comunitaria, para la cual aportaban los alimentos los quince espartanos que formaban cada una. El plato imprescindible en estas comidas era la célebre "sopa negra" espartana, hecha con vísceras, sangre y vino.
Estas comidas comunitarias estaban presididas por la estatua de la risa.
Existía una ley que prohibía a los espartanos poseer oro y plata, pero si se quedaban sin nada, hasta el punto de no poder contribuír a la "syssitia", se les retiraba la ciudadanía.

El régimen espartano permitió a la ciudad equipararse a Atenas y rivalizar con ella en la aspiración a la hegemonía de la grecia clásica.


Esparta estaba situada en el corazón de Laconia, en el centro de la fértil llanura del rio Eurotas, donde este confluye con su afluente el Taigeto.
A lo largo de la orilla derecha del río Eurotas se hallaba la principal vía de acceso a la ciudad.

Gracias a la defensa natural que constituían las orillas pantanosas del Eurotas, la ciudad pasó largo tiempo sin murallas , durante los períodos arcaico y clásico, de tal modo que los espartanos se jactaban de que las murallas de Esparta eran los pechos de sus guerreros. Estas no se construyeron hasta principios del S.III a.C.

La ciudad poseía una estructura dispersa, de hecho estaba "constituída" por cuatro "aldeas" espartanas: Pitae, Mesona, Limne y Kinósura. Los habitantes de uuna quinta aldea, Amyklae, algunos kilómetros al sur de Esparta eran también espartanos.
La ciudad no era bastante aracaica y no poseía edificios suntuosos.
De ella dijo Tucídides: "Si la ciudad de los lacedemonios fuera devastada y quedaran los templos y los cimientos de los edificios, creo que, al cabo de mucho tiempo, las generaciones futuras tendían serias dudas sobre el poderío de los lacedemonios en relación a su fama (...), puesto que la ciudad no está construída de modo compacto, ni posee templos ni edificios suntuosos, sino que está formada por aldeas (katá kómas), según era costumbre en la antigua Grecia".

En la acrópolis de Esparta se sitúa el templo de Atenea, del que los arqueólogos han sacado a la luz restos del muro externo y fragmentos de láminas de bronce sin decoración.
Gitiadas, artista de la época arcaica, según dice Pausanias, había decorado con láminas de bronce repujado el templo de Atenea, y habría realizado la imagen de la diosa que recibió el apelativo de "Chalkíokos", es decir "de la casa de bronce".

En un edificio del interior de este mismo santuario fue donde se cuenta que se refugió suplicante el vencedor de los persas en Platea, Pausanias, sospechoso de traición.
Emparedado vivo en dicha construcción fue sacado de allí solo al final de su vida, muriendo nada más salir.
El Oráculo de Delfos ordenó a los sacrílegos espartanos que construyeran su tumba en aquel lugar, delante del recinto sagrado, y que dedicaran dos estatuas a Atenea.
Según dice Pausanias, allí se hallaban la tumba de Pausanias y la de Leónidas, cuyos huesos trajo el propio Pausanias cuarenta años más tarde de la batallade las Termópilas.
El teatro que se halla ante el recinto sagrado, del cual nos habla Pausanias, data de la época helenística, cuando se realizaban allí ceremonias conmemorativas del poderío espartano en la época de las guerras médicas.
Fue restaurado y revestido de mármol en el S.I a.C.
Sin embargo este teatro nada tiene que ver con la tumba de Leónidas, ubicada en un templo pequeño o "náiskos", de la época helenística, llamado "Leonidaion", situado más bien lejos del teatro.

Al suroeste de la acrópolis, junto al curso del Eurotas, se halla el templo de Artemis Orthia, en el barrio conocido por los antiguos con el nombre de "Liamnai" ("pantanos"). Durante muchos siglos este lugar fue sede de un culto, y los objetos votivos, principalmente cerámicas y marfiles tallados, constituyen por su alta calidad el principal y más relevante testimonio del artesanado laconio en época arcaica.
En este templo se celebraban ceremonias en honor a la diosa, entre ellas el conocido rito arcaico y cruento de la fustigación de los niños.
El culto a Artemis Orthia comprendía también danzas y representaciones teatrales, de las que son prueba las numerosas máscaras de terracota halladas en el santuario.
El culto a Orthia, una divinidad arcaica, se fundió con el de Artemis, diosa Olímpica.
A la diosa se le concedía el título de "póthnia therón" (Señora de los Animales"), y se la representaba con un tocado alto de plumas, alada y con pájaros en ambas manos.
Las ofrendas (tortugas, peines), demuestran la relación de la diosa con el mundo femenino (la tortuga era el animal prolífico por excelencia).
Mientras que las fuentes literarias atestiguan la importancia del culto para la iniciación masculina (fustigación ritual), los ritos que se celebraban en el santuario representaban seguramente etapas fundamentales para la iniciación de los jóvenes espartanos, en la "agogé", riguroso sistema pedagógico que transformaba a los niños en guerreros y a las niñas en madres que alumbraran niños fuertes y pusieran por delante de los suyos los intereses de la ciudad.

En este sentido, la moral sexual espartana era bastante laxa, y aunque el matrimonio era obligatorio, tanto la homosexualidad como las relaciones extramatrimoniales eran consideradas dentro de lo normal.
A los que no se casaban se les humillaba públicamente por no dar hijos a la patria.


Nada más al nacer, el niño espartano era examinado por una comisión de ancianos en el Pórtico, para determinar si era hermoso y bien formado. En caso contrario se le consideraba una boca inútil y una carga para la ciudad. En consecuencia, se le conducía al Apótetas, lugar de abandono, al pie del monte Taigeto, donde se le arrojaba a un barranco. De ser aprobado, le asignaban uno de los 9.000 lotes de tierra disponibles para los ciudadanos y lo confiaban a su familia para que lo criara, siempre con miras a endurecerlo y prepararlo para su futura vida de soldado.
Los niños vivían con sus padres hasta los siete años, edad a la cual entraban en la "agogé", el sistema educativo espartano, en el cual permanecían, en condiciones paramilitares, hasta los veinte años.
Éste hacía gran hincapié en liberar a los niños de miedos infantiles, inculcarles un marcado patriotismo y enseñarles a luchar y pelear, a no quejarse y a obedecer ciegamente a sus superiores.
Los niños varones pasaban por una serie de pruebas que tenían como finalidad endurecerlos. Así, se les castigaba físicamente con gran severidad, se les obligaba a pelear y a pasar hambre, permitiéndoles que robaran comida pero siendo castigados si se les descubría (no por el hecho de robar, sino por haber sido sorprendidos).
Potenciaban su ingenio y su instito de supervivencia. Les hacían pasar frío, hambre e incomodidadesy aprendían a hablar poco y directamente.

También llamaba la atención a los griegos contemporáneos la igualdad de las mujeres espartanas, las cuales poseían voz en las asambleas políticas.
Las mujeres también se ejercitaban deportivamente y era famosa la esbeltez y fortaleza de sus cuerpos (de hecho, las espartanas tenían fama de ser las mujeres más bellas de toda Grecia), lo cual las habillitaba como posibles guerreras y facilitaba además su papel de madres.

Por otra parte las espartanas se casaban por propia elección a los veinte años, siendo "raptadas" ritualmente por el hombre al que elegían.

Al suroeste de Esparta se encontraba el santuario dedicado a Helena y Menelao, el Menelaion, soberanos de Esparta, según Homero, en la época de la guerra de Troya.

Los orígenes de Esparta se encuentran en la población doria del peloponeso, fenómeno quie los griegos plasmaron en la saga heroica del retorno de los heráclidas. De ahí que los espartanos se consideraran descendientes de Heracles (Hércules).

La ciudad de Esparta fue fundada tras la conquista de la vecina Mesenia por los habitantes de Laconia, tras el período aqueo.

Los ilotas eran un pueblo de enemigos vencidos por los espartanos relegados a una condición parecida a la de siervos. Gracias a los ilotas los espartanos se libraron durante muchos siglos de la obligación de ganarse la vida trabajando, pudiendo dedicarse enteramente al entrenamiento y al arte de la guerra.

Esparta, señora de Laconia y Mesenia, era dueña de un territorio mucho más extenso que cualquier otra ciudad griega.

Los "periecos", habitantes de los centros costeros y periféricos de Laconia, quienes realizaban las actividades comerciales y artesanales, vetadas a los espartanos por su tradición de aristocracia guerrera, no eran considerados ciudadanos completos, por lo que aun gozando de libertades parciales, carecían de derechos políticos.

La "politeia" (constitución) espartana, atribuída a Licurgo, no deja de ser fruto de una larga evolución.
El sistema de gobierno espartano estaba formado por una diarquía, es decir, dos reyes, quienes en época clásica, perdidas ya muchas prerrogativas, conservaban las funciones religiosas y el mando supremo en caso de guerra.
Veintiocho ancianos formaban con los reyes la "gerousía", que decidía sobre la paz y la guerra, proponía y discutía las leyes y ejercía el poder administrativo y judicial.
Los cinco "éforos" (vigilantes) eran considerados los verdaderos representantes del pueblo y los garantes de la igualdad entre los ciudadanos, bajo su control se encontraban incluso los reyes.
Los ciudadanos se reunían en una asamblea, "apélla", en la cual eran admitidos al cumplir los treinta años. Esta asamblea ratificaba mediante el sistema de aclamación, las medidas propuestas por la gerousía y los éforos.

La norma fundamental del sistema político espartíata, llamada la Gran Retra, era: "Que el pueblo tome las decisiones. Pero si se equivoca, rechácenlas los ancianos y los reyes".

Los espartanos, refiriéndonos a los ciudadanos de pleno derecho, se llamaban a sí mismos los "homóioi" (iguales).
De la igualdad de los espartíatas estaban naturalmente excluídos los ilotas, a quienes cada año el estado declaraba la guerra.
Durante la preparación militar de los jóvenes espartanos, por ejemplo, uno de los entrenamientos a los que dedicaban un breve pero sangriento período de tiempo, era la caza de ilotas.
No es de extrañar que las rebeliones de estos últimos fuesen frecuentes y terribles.

La rígida constitución espartana hizo que Esparta fuese considerada el primer estado aristocrático y militar de de Grecia, y por tanto, el enemigo por excelencia de la democracia.

A principios del S.V a.C, Esparta dominaba todo el Peloponeso y a excepción de Argos era la mayor potencia del mundo griego.

En el siglo VI adC, Esparta se había interesado por el Asia Menor, entre otras cosas suscribiendo una alianza con Creso, rey de Lidia. Al comienzo del reinado de Cleómenes I, sin embargo, se mostraría más aislacionista, rechazando apoyar, en el 499 adC, la revuelta de las ciudades de Jonia contra los medos (persas), para centrarse en consolidar su propio imperio del Peloponeso. En 491 adC, cuando Cleómenes logró desembarazarse de Demarato, las cosas cambiarían. Los espartanos arrojaron a un pozo a los emisarios de Darío I, llegados para reclamar la tierra y el agua, acto simbólico de aceptación de la hegemonía universal de los aqueménidas, y despacharon refuerzos a los atenienses (refuerzos que llegaron a Maratón demasiado tarde para participar en la gran victoria griega).

En el año 481 adC, cuando Jerjes reclamó de nuevo la tierra y el agua a todas las ciudades griegas, exceptuando a Atenas y Esparta, fue naturalmente a ésta última a la que se le confió encabezar la liga panhelénica, incluyendo la flota, pese a la hegemonía marítima de Atenas. Tras haber renunciado a defender Tesalia, los espartanos, mandados por su rey Leónidas, el cual se sacrificó junto a trescientos de sus mejores hombres defendieron valerosamente el desfiladero de las Termópilas(490 a.C), retrasando en forma notable el avance de los persas, y permitiendo a la flota replegarse hacia Salamina. ("De aquellos que murieron en las Termópilas, gloriosa es la suerte, bello es el fin y la tumba es un ara ¡en vez de lamentos fúnebres hay memoria y el dolor es alabanza!" Simónides).


En contrapartida, la total victoria de Salamina fue obra de los atenienses, quienes casi hubieron de recurrir al chantaje para forzar la batalla en el estrecho, siendo así que el navarca –almirante- espartano de la flota, Kriatos, deseaba replegarse al istmo de Corinto

En el 479 adC, las victorias de Platea y Micala se lograron bajo el mando del rey Pausanias, único rey de la ciudad en aquel momento debido a la minoría de edad del otro rey, Pleistarcos. El rey Pausanias recibió la misión de destruir el puente de barcas construido por los persas sobre el Bósforo, con el fin de dificultar su retirada, pero una tempestad se encargó por él del trabajo. Con el restablecimiento de la paz, Esparta propuso abandonar a su suerte las ciudades jonias, demasiado lejanas, pero tropezó con la oposición de Atenas, lo mismo que en su sugerencia de expulsar de la anfictionía de Delfos a las ciudades culpables de “medismo” o alianza con los persas: es decir, las de Tesalia

El ascenso de la potencia marítima de Atenas, tras la victoria sobre los persas, condujo inevitablemente a la lucha por la hegemonía. Esparta y Atenas se enfrentaron finalmente en la larga guerra del Peloponeso (431-404 a.C), en la que Esparta resultó vencedora.
Aunque la victoria fue efímera y en Leuctra (371 a.C) Epaminondas y los tebanos, derrotados por los espartanos, devastaron por primera vez Laconia y proclamaron la independencia de Mesenia.

Tras mermar de importancia en el período helenístico, y pasar por la dominación romana como ciudad floreciente que atraía a curiosos viajeros interesados en la rareza arcaica de sus costumbres, en el 369 d.C fue arrasada por las hordas de Alarico.

2 comentarios:

SR.KALAVERA dijo...

QUE EL ESPÌRITU ESPARTANO CONTINUE

SR.KALAVERA dijo...

QUE EL ESPIRITU ESPARTANO CONTINUE