La Luna en Piscis acentúa nuestra sensibilidad y también nos vuelve más sensitivos.
Potencia nuestra psique.
Es un buen momento para trabajos mágicos y espirituales, meditación, viajes astrales, sueños proféticos, conexión con la naturaleza...
Además la Luna en Piscis hace que sintamos la necesidad de evadirnos de la realidad, estaremos más pendientes del mundo espiritual.
Los sentimientos están a flor de piel y podemos fiarnos más de nuestra intuición. Tal vez estemos más melancólicos o nostálgicos.
Los rituales curativos serán enfocados al sistema linfático y los pies.
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