RHEA O GEA (GAYA O GAIA)
Rhea y Gea (también llamada Gaya o Gaia) son la misma Diosa Madre primigenia, perteneciente a las mitologías griega y romana respectivamente, auinque a veces Rhea o Rea aparece como hija de Gea.
En la mayor parte de las versiones de la creación de mitología griega, Gea, "La Tierra" es uno de los cinco elementos primordiales que surge del Caos.
La Teogonía de Hesíodo cuenta cómo, tras el Caos, surgió Gea, la de anchos pechos. De su propio ser, «sin dulce unión de amor», trajo a Urano, el cielo estrellado, su igual, para cubrirla a ella y a las colinas, y también a Ponto, la infructuosa profundidad del mar. Pero tras esto, cuenta Hesíodo, yació con Urano y engendró a los Titanes Océano, Ceo, Crío, Hiperión y Jápeto, y a las Titánides Tea, Rea, Temis, Mnemósine, Febe la de la dorada corona y la hermosa Tetis. «Tras ellos nació Crono el astuto, el más joven y terrible de sus hijos, y éste odió a su lujurioso padre.»
Hesíodo menciona que Gea concibió más descendencia con Urano. Primero los Cíclopes gigantes de un solo ojo, constructores de murallas, a los que posteriormente se le dieron nombres: Brontes (‘el que truena’), Estéropes (‘el que da el rayo’) y Arges (‘el que brilla’): «Había fuerza, poder y destreza en sus obras.» Luego añade los tres terribles hijos de cien manos de la Tierra y el Cielo, los Hecatónquiros, Coto, Briareo y Giges, cada uno con cincuenta cabezas.
Urano se avergonzó de los deformes cíclopes y hecatónquiros, y decidió encerrarlos en el Tártaro, el mundo de las profundidades y la oscuridad, donde no pudieran ver la luz, y se regocijó de su maldad. Gea sin embargo los amaba, así que incitó a los titanes a que se rebelaran contra su padre. Urano terminó por encerrarlos también en el Tártaro. Gea acudió a ayudarles con las titánides. Pero apenas liberados, los cíclopes atacaron a los titanes y los hecatónquiros a las titánides, celosos de su belleza.
Gea se vio entonces obligada a encerrar por su cuenta y para siempre a cíclopes y hecatónquiros. Gea pidió ayuda a sus hijos, titanes, para vengarse de Urano, pero sólo Crono estuvo dispuesto a cumplir con su obligación. Crono encontró a Urano confiado en brazos de Nix, con la que había engendrado a Tánatos e Hipnos, y le castró con una hoz de pedernal que le había dado Gea, arrojando los testículos tras él. Al salpicar la sangre de éstos en la Tierra, surgieron los Gigantes con armadura (más tarde destruidos por los dioses con la ayuda de Heracles), las Erinias y las Melias (ninfas de los fresnos). Crono arrojó al mar la hoz (que dio origen a la isla de Corfú) y los testículos de Urano, donde produjeron una espuma de la que nació Afrodita. Crono encerró entonces a Urano en el Tártaro junto con los cíclopes y hecatónquiros, a quienes también temía.
Tal como Urano había sido depuesto por su hijo, Crono, así él mismo estaba destinado a ser derrocado por el suyo. Para evitarlo, se tragó a sus hijos tan pronto como éstos nacían. Gea le dio a la esposa de Crono, Rea, la idea que salvaría a su último hijo, Zeus: dar a Crono una piedra envuelta en pañales que pareciese un bebé. Entonces Gea crió a Zeus (según algunas versiones de la historia), quien eventualmente rescataría a sus hermanos y hermanas, tragados por Crono, y también liberaría a los Cíclopes, Hecatónquiros y Gigantes del Tártaro. Juntos, Zeus y sus aliados derrocarían a Crono.
Tras la castración de Urano, Gea parió a Equidna y (según algunos) a Tifón, engendrados por Tártaro. De Ponto, Gea tuvo a Nereo, Taumante, Forcis y Euribia.
Cuando Apolo mató a Pitón, hijo de Gea, ésta le castigó enviándole con el rey Admeto como pastor durante nueve años.
Zeus escondía a una amante, Elara, de Hera ocultándola bajo la tierra. El hijo que tuvo de ésta, el gigante Ticio, es por tanto considerado a veces hijo de Gea, la diosa de la tierra, y de Elara.
Gea también hizo inmortal a Aristeo.
Se cree por algunas fuentes (Joseph Fontenrose 1959 y otros) que Gea fue la deidad original tras el Oráculo de Delfos. Traspasó sus poderes a, según la versión, Poseidón, Apolo o Temis. Apolo es el mejor conocido como poder tras el oráculo, muy reconocido ya en tiempos de Homero, tras haber matado al hijo de Gea Pitón en ese lugar y usurpado su poder ctónico. Hera castigó a Apolo por esto enviándole al rey Admeto como pastor durante nueve años.
Los juramentos prestados en nombre de Gea, en la antigua Grecia, estaban considerados entre los más sagrados.
En el arte clásico Gea era representada de dos formas. En las vasijas pintadas atenienses se la mostraba como una mujer entrada en años medio levantada del suelo, a menudo dando al bebé Erictonio (un futuro rey de Atenas) a Atenea para que ésta lo criase. Más tarde, en los mosaicos aparece como una mujer reclinada sobre la tierra rodeada por un grupo de Karpoi, dioses infrantes de los frutos de la tierra.
De todas formas, tanto Gea "la Tierra", como "Rhea" (cuyo nombre hace referencia al flujo menstrual o al líquido amniótico) son los mismos aspectos de la Diosa Madre primigenia de la mitología griega.
Según Homero Rea es la madre de los dioses, si bien no una madre universal como Cibeles, la Gran Madre frigia, con quien más tarde se le identifica. Su lugar original de culto estaba en Creta. Allí, cuenta la leyenda, salvó al recién nacido Zeus, su sexto hijo, de ser devorado por Crono, al darle en su lugar una piedra, y lo confió al cuidado de sus guardas, los Coribantes. Estos guardias se convertirían más tarde en escoltas de Zeus y sacerdotes de Rea, celebrando ceremonias en su honor. En tiempos históricos la semejanza de Rea y la Gran Madre asiática, Cibeles Frigia, era tan evidente que los griegos resolvieron el asunto considerando a esta última como su única Rea, que había abandonado su hogar original en Creta y huído a las tierras inexploradas de Asia Menor para escapar de la persecución de Crono (Estrabón, 469, 12). También hubo una versión opuesta (Virgilio, La Eneida iii), y es probablemente cierto que los contactos culturales con el continente trajeran a Creta el culto de la Gran Madre asiática, quien se convertiría en la Rea cretense.
En la mitología griega, el símbolo de Rea es la luna. Sin embargo, en la romana su símbolo se conocía como el lunar. También tenía otros: el cisne, por ser un animal delicado, y dos leones, supuestamente los que tiraban de su carro.
En tiempos muy antiguos, era la divinidad suprema, cuya majestad se imponía a los mortales y demás dioses. Más tarde, al quedar victoriosa la dinastía de los olímpicos, el prestigio de Gea no disminuyó. Las demás divinidades la invocaban en sus juramentos: "Pongo como testigo a Gea y al vasto cielo que la cubre", proclama Hera en la Ilíada, al contestar las acusaciones de Zeus. Divinidad omnipotente, Gea no sólo creó el universo y dio a luz a las primeras generaciones divinas, sino que originó además la raza de los mortales. Esa es la interpretación que tiene el mito de Erictonio (primer habitante de Ática), a quien sacó de su propio seno para entregárselo a Atenea. Su poder se manifestaba también a través de su don adivinatorio, el cual se expresaba en Delfos, en el mismo sitio donde Apolo luego ocuparía su lugar.
1 comentario:
Bueno muchas gracias por esa información, estoy haciendo una disertación ha cerca de Gea y esta información me sirvió mucho.
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